La Nueva Hembra Alfa
Solamente un cazador reconoce a otro de su misma especie.
Eso mismo fue lo que sentí al verle, sentado, soslayando la mirada, observando
intimidado cómo alguien de ese otro género le recibía con los ojos del que caza
en la noche alcoholizada.
En aquel momento supe que nunca le tendría. Jamás podría
observar una puesta de sol en su piel. Una sonrisa de cómplice. De esas sonrisas
en las que se puede leer todo el tiempo que ha transcurrido desde la última vez
que alguien posó en él su mirada. Dos cazadores nunca podrán cazarse. Siempre
la díada debe estar compuesta por alguien de otra especie, y, esa especie es el
animal paralizado, la presa.
Es complicado vivir en un mundo en el que las mujeres deben
de ser presas cuando soy cazador. Pero no puedo ir en contra de mi naturaleza,
no puedo permitir que nadie me caze. No es una cuestión de orgullo sostenido ni
de reivindicación danzante…. No puedo, simplemente soy incapaz. Tal vez soy un
nuevo concepto de mujer, una nueva raza o género que ha nacido en respuesta a
una sociedad mutable. No soy un macho, ni una hembra, soy una nueva generación
de mujer que decide maximizar los recursos de ambos encontrando la perfección
en pro de la perpetuación de la especie. Una especie que evoluciona en sintonía
con los avances de la nueva sociedad que muta al ritmo de las nuevas
tecnologías. Soy solo, y únicamente… ¡la nueva hembra alfa!
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