Serendipity
La vida. Ese continuo de momentos, circunstanciales, o
elegidos por nosotros mismos. Cruces vitales de azarosa espontaneidad.
Ella acudió a aquel lugar, como si no pensara en nada. No
esperaba nada. Solo un momento de evasión, de conexión con el mundo y con los
que quería y la rodeaban. Una copa de tequila. O, a lo mejor no era conexión
con el mundo lo que buscaba. Sí evasión. Volar mentalmente hacia otro lugar,
despojarse del día a día, flotar en la irracionalidad de las circunstancias, en
una nube de absoluta neutralidad. Porque no sabía por qué necesitaba la copa,
tan contundente. Una amenaza contra su propia integridad; una forma de hacer
las cosas mal, a posta.
Él. ¿Quién era él? Desde de que le habían dicho que no era
bueno con el violín, su violín, ya no sabía quien era-a que se dedicaba-quien
era. Desde que su novia le dijo que ya no le quería ya no sabía qué quería-si
se quería-si alguien le querría, algún día. Lo sabría. Las notas de su nueva
composición se colaban, navegaban en su cerebro mezclándose con Common People
de Pulp. Era aquel sitio lleno de gente, era aquella copa de tequila lo
realmente auténtico. Y nada tenía sentido para él. Había tanto tumulto a su
alrededor, que, de alguna forma se sentía solo y empujado por tanta gente… en
medio de la nada, intentando sonreír y dar el tipo. Sí, dar el tipo, es lo
único que le quedaba. Sus amigos eran buenos tipos, había que estar a la altura
de las circunstancias.
Ella no sabía si su amiga le perdonaría. Estaba a su lado.
Bebía su medio vaso de tequila, mientras miraba como la rechazaba. Su amiga
estaba allí, pero su mirada vagaba como perdida, distorsionada al ritmo de
Common People, sí, ”common people”, ¡”vamos gente!, ¡hay que seguir hacia
delante!”,pensaba. Acostarse con el novio de una amiga no es la mejor opción.
Solo es una opción que duele. Tanto… Es el momento de ir a visitar al dj.. tal
vez… “Un buen día” de los Planetas haga que las cosas cambien. Ella se
imaginaba teniendo el poder suficiente para cambiar el Todo, ella se imaginaba
siendo la reina de corazones que, con su tridente, cambia las circunstancias
del mundo.
Él pensó que era el momento de ir a ver a Marc, el dj.
Necesitaba a alguien auténtico, alguien que le reconociera como músico, por
primera vez en tanto tiempo…Y tal vez, y solo tal vez, “Un buen día” de los
Planetas podría ser la opción para animarse.”¡Venga tío, que solo es un sábado
más entre tantos! ¡Cómete el mundo! ¡Atraviesa el garito y demuestra quien
eres!”.Eran solo algunos de sus pensamientos mientras se abrazaba al panel de
la cabina.
“¡Venga guapa! ¡Tu puedes llegar! No puedo…el tequila me
impide moverme con claridad. Veo al dj. Es el momento” piensa Ella mientras se
tropieza con algo, no sabe con qué, y se estampa con el panel del dj.
“Un Buen Día” de los Planetas, por favor”
“Tío, necesito Un Buen Día de los Planetas,¿lo tienes?”
Justo al mismo tiempo. Ella y Él. En el mismo lugar, bajo
las mismas circunstancias. 32” de aproximación espacio-temporal. Toda una
estadística improbable para que coincidieran, para que se encontraran, para que
se miraran, para que decidieran gustarse y necesitarse. Tanto y en tan poco
tiempo… Ahora Él sabía que había esperanza, que podría encontrarse. Ahora Ella
comprendería que todo, absolutamente todo es intrascendental, duele menos y es
más auténtico, porque ha conseguido evolucionar y encontrarse un poco más, solo
ese poco más.
¿Por qué decidieron en el mismo momento, en el mismo
instante, pedir la misma canción pasando por el mismo ala este de la sala? ¿Qué
habría ocurrido si no se hubieran pedido un tequila, si Él hubiera sido alabado
por su violín, si Ella hubiera decido quedarse en casa y no salir aquella noche
especial? Nada. Realmente la nada, u otras miles y millones de posibilidades.
Conjunción de factores en un espacio tridimensional de coordenadas, que, bajo
el influjo de los dados de algún dios caprichoso caían como soldaditos de plomo
ante la levedad de las circunstancias. O tal vez, y solo tal vez, ellos debían
de encontrarse. Querían encontrarse, pero no lo sabían todavía, aunque llevaban
sabiéndolo desde el principio de los tiempos: fuerzas inconscientes que nos
empujan, que provocan choques de protones, de neutrones, que nos dirigen hacia
la persona con la que estamos predestinados. Porque todo y nada está
escrito.¿Quien sabe?
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